Desde mi infancia, el mundo de la moda ejerció una fascinación irresistible sobre mí y recuerdo las horas dedicadas a diseñar y elaborar vestidos para mis muñecas Barbie, o ver desfiles de moda en el que yo llamaba “el canal de los desfiles”. Mi mamá también ha sido desde siempre una gran inspiración y su sentido estético lo llevo en cada célula. Verla coser de manera impecable y encontrar belleza y precisión en cada cosa que crea me enseñó el valor de la atención a los detalles y la importancia del trabajo bien hecho. 

Sin embargo, al crecer, esta pasión se encontró con un obstáculo: la creencia generalizada de que la industria de la moda no era un espacio para todos y mucho menos viable para una mujer con discapacidad. Por mucho tiempo, aparté la idea de dedicarme a este arte. 

Los sueños verdaderos son persistentes y siempre regresan. Tras un largo camino, muchos ires y venires, tomé la decisión de darle vida a “Valeria la diseñadora”, y así nació ALTHEA, un proyecto concebido con el propósito de crear prendas atemporales, cómodas y versátiles. 

A través del vestuario comencé a reconciliarme con mi imagen frente al espejo, descubrí que usar mis colores y siluetas favoritas hacía que me sintiera mejor y muy segura de mi misma, en un mundo naturalmente hostil hacia la diferencia. Este proceso me hizo cuestionar estereotipos y creencias, el poder que ejerce el miedo a la propia imagen y cómo esto es aprovechado por tantas industrias, me impulsó a explorar el amor propio a profundidad, conectarme con la espiritualidad y comenzar a encontrar belleza en mi entorno. 

ALTHEA significa poder sanador y habla del poder sanador que trae consigo una prenda que se adapte, te haga sentir bien, única y feliz, sin parecer a nadie más o seguir un estereotipo qué solo busca que encajemos. ALTHEA es la materialización de esa visión que me hizo cambiar por completo la relación conmigo misma. 

ALTHEA está dirigida a todas las mujeres, sin importar la forma de su cuerpo, ni el día de la semana. Mi misión es simple y poderosa: vestir la esencia divina que cada una lleva dentro, recordándoles el poder que tiene su autenticidad.